Ayer se celebró el "Cinco de mayo" (Así, en español) en California. Es una fiesta/excusa magnífica donde se bebe margaritas, tequilas y cerveza mexicana para celebrar la victoria del ejército mexicano y estadounidense sobre los franceses la mañana del 5 de mayo de 1862. A los gabachos, esta gente les tienen tanta estima como nosotros los españoles... Por cierto, al mando de las tropas estaba un tal general Zaragoza. Algo sabía yo de la historia, pero hoy me lo explicaba con más detenimiento un buen amigo nortemericano dando un paseo por la playa de Santa Mónica. Los americanos en general no tienen problemas de autoestima y saben que descienden de mil padres. Los Ángeles la fundaron un puñado de 44 españoles e indígenas el 4 de septiembre de 1781 con el nombre de 'El Pueblo de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles'. Hoy tiene más de 18 millones de habitantes y es la ciudad más rica y próspera de EE UU. Algunos años antes, un marino aragonés, Don Pedro Porter y Casanate, exploró por primera vez el golfo de California. Tras no pocos contratiempos y naufragios, encontró el paso para alcanzar el océano Pacífico. Demostró que Baja California era una península y no una isla. Fue el primero en lograr tal hazaña. Lo bautizó como el estrecho de "Salsipuedes". Ya perdonarán, pero yo no he conocido otro nombre con más sorna aragonesa en todo el mundo.
Por supuesto, hoy se sigue llamando así. Mi amigo norteamericano me preguntaba que si en las playas españolas también había banderas. No sabía cómo decirle que España es un malpaís para banderas y enseñas. Existen pocas traducciones al inglés para explicar cuando un país se odia a sí mismo. Por supuesto, es algo que resulta incomprensible para un estadounidense. Al final he optado por decirle que en España sólo sacamos las banderas cuando ganamos algún mundial o cuando tenemos un enemigo común y dejamos de acuchillarnos entre nosotros mismos. A veces ha pasado. Creo que al final lo ha entendido, pero le ha parecido surrealista. A mi también.
1 comentario:
Pues yo sigo a la roja pero tampoco ahí me apetece mucho sacar la bandera.
En realidad lo absurdo para mí es el españolismo..... no es un mal país, es divertido, pero la mitad no lo conozco y la otra mitad de paso. Yo lo que echo de menos estando fuera es Asturias, no Valencia, ni Albaceta ni Zaragoza, no?
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